Me encontré en un pozo de la Internet con un viejo amigo de la Q Ne Di, compañero mío de los dos primeros años en aquella institución...
Nadie más ni nadie menos que el mismísimo X... También conocio como X...

Y entre otras cosas me comento sobre su literatura...

Me mando una obrilla suya, "Los pingüinos de Paraguay" y me desmayé de la risa...

Por eso la comparto con vuestros ojos...


"Mediante la presente, le rendimos homenaje al Dr. Eustaquio Faustino Torcaza, gran artista y célebre wing derecho. Torcaza se dedicó a una carrera no muy productiva en su Paraguay natal: la de domador de pingüinos. Esta elección estudiantil lo condenó a la pobreza y al arte. Resulta que Eustaquio vagó por todo Paraguay en búsqueda de un pingüino y, para matar el aburrimiento de su geográfico fracaso, se dedicó a componer canciones. Con esta actividad artística fue cómo logró tocar a la gloria, pues a esta mujer la ponían cachonda los cantores. No fue demasiado mérito, Gloria era más fácil que ganarle al veo-veo a un ciego.
Fue un hombre muy sensible. Sus poemas hablan de temas internos, de cosas que uno lleva bien adentro, como, por ejemplo, su canción dedicada al aparato digestivo, o aquella otra destinada a su riñón. La obra que nos ha dejado el Dr. Eustaquio Faustino Torcaza es amplia y variada, aunque no fue un artista de muchas musas –en especial porque prefería la de anchoas–. Más allá de la gran cantidad de sus poemas, hay una constante en ellos: son de gran calidad y todos fueron escritos usando palabras y signos ortográficos. Sus versos son elevados, sobre todo si uno guarda el libro bien arriba en la biblioteca.
Otra constante es la temática interior anteriormente mencionada. Hay, en esta materia, una obra célebre que alcanzó cierto renombre. Habla de vacíos y, tal vez, de esperanza. Algunos opinan que esta pieza, titulada “Vacío por dentro”, describe la falta de ideales, de pérdidas de objetivos, de tristeza y soledad, y otros creen que el verdadero significado de “Vacío por dentro” es evidente cuando se sabe que esta canción fue compuesta después que Torcaza se comió una parrillada.
Es difícil buscar un pingüino en Paraguay. Pocos hombres pueden soportarlo. El Dr. Eustaquio Faustino Torcaza sólo pudo hacerlo por un tiempo. Luego cayó en el libertinaje. Sumido en las drogas, el Dr. Eustaquio Faustino Torcaza cayó en un estado deplorable: el Estado Argentino. Por esas pampas compuso “Negro el 11”, canción que algunos opinan que hace referencia a su vicio por el juego y la ruleta, y otros la creen dedicada al Negro Carranza, delantero de Nueva Chicago. El 11 de la selección de Camerún también se adjudica la canción, pero creemos que está mintiendo de la misma manera que Mirtha Legrand miente al decir que aún no murió.
Más allá de su constante condición de artista desconocido, Torcaza logró amasar cierta fortuna. Un día fue borracho a la ruleta y le apostó todos sus ahorros al celeste el 45. Se cree que Torcaza era conocido del dueño del casino como para haber ganado con esta imposible combinación. Poco después, no obstante, un criminal lo acorraló para amenazarlo. Le dijo que si Torcaza no le daba todo lo que había ganado, al día siguiente desaparecerían todos los pechos de todas las mujeres del mundo. Terriblemente asustado por la posibilidad, el domador paraguayo de pingüinos cedió sus miles de dólares. Una fortuna entera perdida para seguirlas viendo mientras se bambolean en la calle o en la cama.
Se retiró a Paraguay, donde aún vive, rodeado de minas. Es que puso una fábrica de lápices.
X"


Excelente composición X...
Y que sigan los éxitos (y sobre todo que los compartas)
Saludos...

Pueden contactarse con él en:
nicoelporong@hotmail.com